Todo ocurría como siempre
la embriaguez venía a paso firme
pero tú, llegaste con esa cadencia
con ese ritmo que se clavó en mi alma
con esa fuerza que incendió mi corazón.
Me despertaste del letargo
me llevaste a viajar
y viajé por confines desconocidos
cuando regresé ya no era el mismo,
me había picado El Alacrán.
lunes, diciembre 12, 2005
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